Las larvas se alimentan de microorganismos (bacterias, hongos, protozoos y detritos orgánicos animales y vegetales), a su vez, también existen larvas depredadoras. Las pupas no se alimentan.
Los machos se alimentan de sustancias azucaradas (néctar y exudados de frutos).
Las hembras también ingieren sustancias azucaradas, pero en general necesitan, además, ingerir sangre (hematofagia) para poder desarrollar los huevos.