Los roedores son mamíferos de sangre caliente que podemos encontrar en todos los continentes salvo en la Antártida. Presentan un gran riesgo para la sociedad debido a la elevada proliferación de estos mamíferos, que tienen una extraordinaria capacidad de adaptación. Se caracterizan por tener una vida relativamente corta pero con una alta fecundidad, que ayudado con la evolución de nuestro entorno, les ha servido de hábitat perfecto ya que no tienen fluctuaciones de temperatura, no tienen depredadores naturales y tienen comidad a la mano.

La reproducción de los roedores tiene lugar todo el año y las alcantarillas de nuestras ciudades o pueblos les sirven como reservorios de roedores. Un ejemplo, las ratas de alcantarillas pueden llegar a parir más 40 crías en 18 meses.

Respecto a la capacidad de roer que caracteriza a éstas especies se ve reflejada en los daños provocados en el medio en que se desenvuelven. Los roedores poseen dientes incisivos de crecimiento constante (a razón de 0,3-0,4mm. por día). Las roeduras en todo tipo de material son habituales dentro de los territorios de Rattus Rattus y Rattus norvegicus. Cabe recordar que los incisivos poseen un índice de dureza de 5,5 por lo que podrán desgastar todo material con índice de dureza menor.

Los roedores son portadores de múltiples enfermedades como la peste, el tifus murino, la fiebre tifoidea, el ántrax, etc. Los parásitos y agentes zoonóticos que portan los roedores sobre sus cuerpos son los culpables de la propagación de las enfermedades a los humanos y animales domésticos. Las pulgas, piojos y los ácaros son algunos de éstos parásitos. Debemos tener en cuenta cuando un roedor muere debido a que los parásitos siguen vivos y abandonan el roedor muerto para pasasitar en otro lugar o cuerpo, difundiendo así la infección a un cuerpo sano.

A parte de los parásitos y agentes zoonóticos, los roedores generan unas pérdidas de alimentos que son abismales. La necesidad de alimentarse y de tener que roer debido a que sus incisivos no dejan de crecer hasta que mueren, hacen que éstos mamíferos contaminen y destrozen multitud de alimentos, generando así pérdidas económicas. La OMS estima que cada año unos 33 millones de toneladas de alimentos se pierden por estar dañados por los roedores.

Así mismo, los roedores pueden ocasionar graves accidentes debido a la necesidad de roer, provocando cortocircuitos, inundaciones e incendios.
A continuación, les mostramos algunos datos numéricos de los daños ocasionados por éstos roedores.